por Melih Alsac
La vida consta de una serie de etapas y cada una de ellas tiene un significado diferente en función de las necesidades, objetivos y prioridades de las personas. La inversión inmobiliaria también desempeña un papel importante en estas etapas. Las personas se enfrentan a diferentes consideraciones sobre la adquisición de propiedades en momentos cruciales de su vida, y esto suele ser el comienzo de varias historias que abarcan diferentes etapas de la vida.
Periodo juvenil (0-25 años):
La juventud es una época de descubrimiento y aprendizaje. Sin embargo, a menudo es difícil acumular grandes ahorros en esta etapa debido a los gastos de educación y de puesta en marcha. A menudo no se dispone del presupuesto necesario para comprar una propiedad.
Paso a la vida empresarial (25-35 años):
Durante este periodo, tener unos ingresos fijos y estabilidad financiera suele brindar la oportunidad de invertir en inmuebles. Por lo general, este periodo puede situarse en torno a los 35 años, especialmente con el aumento de la edad media en los últimos años.
Matrimonio y creación de una familia (35 años o más):
El proceso de casarse y formar una familia aumenta la necesidad de vivienda y suele traer consigo las primeras compras de vivienda. Esta fase es un periodo en el que se intensifican las compras inmobiliarias.
Prejubilación (35 años o más):
El periodo previo a la jubilación está marcado por la búsqueda de seguridad para el futuro y objetivos adicionales de ingresos e inversión. En este periodo, la propiedad inmobiliaria se considera parte de los planes a largo plazo.
Cada etapa de la vida implica expectativas y objetivos diferentes. La inversión inmobiliaria también se configura de acuerdo con el estilo de vida y los objetivos de las personas, empezando por la juventud, el matrimonio, la formación de una familia y la prejubilación. Cada etapa adquiere significado con una historia de inversión inmobiliaria diferente y estas historias tienen una estructura siempre cambiante como la vida misma.
